Taxis colectivos invaden avenida Colmena
Caos en el centro histórico
Por: Cindy Yupanqui Cusi
Cada mañana al ingresar a la avenida Nicolás de Piérola (excolmena) cruce con Tacna y a una cuadra de la Universidad Nacional Federico Villarreal (UNFV) se ve a varios individuos “jaladores” gritando: “Callao, callao” con un tono de voz que asusta al transeúnte.
Su tarea es captar pasajeros para los taxis colectivos que se dirigen hacia el Callao en presencia de la policía y a vista y paciencia de los serenos y fiscalizadores de la Municipalidad de Lima.
Desde las 6:30 de la mañana los taxistas según su llegada se estacionan, pese a ser considerada zona rígida del centro histórico. Sin embargo las autoridades se hacen de la vista gorda.
Pese a que la gestión anterior de la comuna, organizó numerosos operativos en conjunto con la policía para sancionar y desalojar a estos taxistas que ocasionan transito congestionado en horas punta del día.
Estas unidades prestan servicio peligroso al Callao, SJL, VMT Comas, y SJM. |
Según estos taxistas, ellos tienen autorización de la Municipalidad del Callao para operar y esta es la zona inicial de regreso.
La versión de los fiscalizadores de tránsito de la comuna es lo contrario, no hay autorización para operar como taxis colectivos y menos estacionarse en medio de una avenida tan transitada por donde miles de estudiantes villarrealinos se desplazan hasta las 10 de la noche, causandoles temor e inseguridad.
Además la modalidad que ofrecen es informal, no existe según el nuevo reglamento que regula el servicio de taxi. Y se castiga con 50% de la Unidad Impositiva Tributaria (UIT), es decir, 1.850 soles.
"Esto es competencia desleal para los taxistas que sí cumplen las reglas", según la Gerencia de Transporte Urbano del municipio de Lima.
“Tenga cuidado”
Abordo de estas unidades se respira el peligro. En Lima Metropolitana, cerca de 1.000 personas son afectadas por año, quienes denunciaron que alguna vez fueron víctimas de asaltos dentro de colectivos, según la Policía. Algunos de estos robos incluso derivaron en abuso sexual y en lesiones causadas con armas de fuego e incluso muertes.